¿Realmente funciona la educación financiera que dan en redes sociales?
Hoy en día, no puedes pasar un solo día en redes sociales sin ver algún consejo sobre cómo manejar tus finanzas personales. Ya sea en YouTube, TikTok, Instagram o incluso Twitter, la cantidad de información sobre educación financiera es abrumadora. Y no hablo solo de consejos generales sobre ahorro, inversión o deudas, sino también de cómo generar riqueza rápidamente, vivir una vida sin preocupaciones económicas y convertirte en un “experto financiero” sin necesidad de estudios formales.
Como alguien que ha estado inmerso en el mundo digital durante años, me he encontrado con una enorme cantidad de contenido de este tipo. Al principio, pensaba que todo eso era oro. Parecía que la fórmula mágica para la libertad financiera estaba al alcance de todos, solo si seguíamos los consejos correctos.
Pero, como suele suceder, la realidad no siempre es tan sencilla.
El auge de la educación financiera en redes sociales
Primero, hay que reconocer que las redes sociales han democratizado el acceso a la información. Antes, los libros y las charlas especializadas eran el único camino para aprender sobre finanzas. Ahora, solo necesitas un teléfono móvil y unas horas libres para comenzar a recibir consejos de personas con millones de seguidores, muchos de los cuales afirman haber encontrado la fórmula secreta para enriquecer a cualquiera, sin importar el contexto.
Estas cuentas, a menudo, nos prometen soluciones rápidas: “¡Haz esto y duplica tu dinero en un mes!”, “El secreto de los ricos está aquí”, “Aprende a invertir con solo 15 minutos al día”. Todo suena atractivo, ¿verdad? Pero, ¿realmente funciona esta educación financiera que ofrecen?
Lo bueno: acceso fácil a la información
Una de las principales ventajas que tienen las redes sociales es la accesibilidad. Cualquier persona con un teléfono móvil puede acceder a contenido sobre finanzas personales en tiempo real. Esto es un cambio radical respecto a cómo se distribuía la educación financiera hace apenas una década.
Hoy en día, puedes encontrar tutoriales gratuitos sobre todo: desde cómo hacer un presupuesto personal hasta estrategias avanzadas de inversión. Para alguien que no tiene ni idea de finanzas, pero que siente curiosidad o incluso preocupación por su futuro financiero, las redes sociales pueden ser un punto de entrada a este nuevo mundo.
Por ejemplo, algunos consejos prácticos y sencillos, como la regla del 50/30/20 para gestionar el presupuesto, son fundamentales y completamente aplicables en la vida real. Estos consejos básicos, que son bien conocidos por los expertos financieros, son fáciles de entender y se pueden seguir sin complicaciones. Esos pequeños trucos ayudan realmente a mejorar la situación financiera de una persona.
El problema: la simplificación excesiva
El verdadero problema con la educación financiera en redes sociales no está en el contenido básico y accesible, sino en la simplificación extrema de conceptos complejos. Muchos de estos “influencers financieros” presentan estrategias que funcionan en situaciones muy específicas, como si fueran aplicables a todo el mundo, sin tener en cuenta las circunstancias particulares de cada persona.
Los consejos de inversión son un buen ejemplo de esto. Es común ver a alguien diciendo: “Si no estás invirtiendo en criptomonedas, estás perdiendo una gran oportunidad”. Lo curioso es que estos mensajes no mencionan la volatilidad de las criptomonedas ni los riesgos involucrados. Solo se presentan como una forma rápida de hacerse rico, sin advertir sobre las pérdidas que muchas personas han sufrido al lanzarse a invertir sin comprender el mercado.
Lo que me molesta profundamente es la promesa de resultados inmediatos. Muchísimas de estas cuentas no mencionan el esfuerzo y la educación continua que se necesita para lograr un crecimiento real en las finanzas personales. Invertir no es tan sencillo como hacer clic en un par de acciones o esperar que un video viral te dé la respuesta mágica.
¿Qué pasa con las “fórmulas” de enriquecimiento rápido?
En mi caso, caí en la trampa de las fórmulas mágicas. Cuando comencé a seguir varios “gurús” financieros en Instagram, me sentí atraído por sus promesas de libertad financiera rápida. Me decían que solo tenía que invertir en acciones específicas, emprender un negocio digital o aprovechar una tendencia. Sin embargo, con el tiempo me di cuenta de que muchas de estas personas estaban simplificando demasiado la realidad.
La verdad es que no existen fórmulas mágicas para hacerse rico rápidamente. La gran mayoría de las historias de éxito que ves en redes sociales son excepciones, no reglas. Es fácil seguir a alguien que muestra su estilo de vida lujoso y creer que su camino es el mismo que el tuyo. Pero lo cierto es que esas personas han tenido la suerte de estar en el lugar adecuado en el momento adecuado o, peor aún, han caído en el marketing de afiliados, donde ganan dinero promocionando productos que ellos mismos ni siquiera usan.
La idea de que cualquiera puede hacerse rico sin esfuerzo o sin aprender sobre el riesgo es peligrosa. Y lo que nadie te dice es que invertir sin educación adecuada puede llevarte a pérdidas significativas. Por eso, a medida que fui descubriendo más y más sobre finanzas, comprendí que la clave está en aprender y tomar decisiones informadas.
¿Quiénes están detrás de esta “educación financiera”?
Otro punto importante a considerar es quiénes están detrás de la información. En muchas ocasiones, los creadores de contenido financiero no son expertos certificados o asesores financieros. Son personas que han tenido cierto éxito en áreas específicas, como el marketing digital, la inversión en criptomonedas o el emprendimiento, y han decidido compartir su experiencia.
Esto no es necesariamente malo, pero hay que tener claro que su experiencia no es aplicable a todos. Algunos de estos influencers simplemente han encontrado una fórmula que les ha funcionado a ellos, pero eso no significa que funcione para todo el mundo. Además, sus consejos a menudo están diseñados para vender cursos o productos más que para proporcionar educación financiera objetiva.
Lo que me sorprendió fue darme cuenta de que, aunque algunos consejos son buenos, la mayoría de estos “influencers” no abordan temas fundamentales, como la gestión del riesgo, la psicología del dinero, o las consecuencias de las malas decisiones financieras. Estos son aspectos cruciales, y no basta con decir: “invierte en lo que amas” o “el dinero no tiene límites”.
La educación financiera tradicional sigue siendo importante
A pesar de que las redes sociales son una excelente fuente de información, la educación financiera tradicional sigue siendo vital. Y cuando digo “tradicional”, no me refiero a las clases aburridas en la universidad, sino a la formación básica y fundamentada sobre economía, finanzas y gestión del dinero que, muchas veces, solo se obtiene de fuentes confiables y especializadas.
En mi caso, me di cuenta de que para tener un verdadero control sobre mis finanzas personales, tuve que estudiar más a fondo y aprender de fuentes con autoridad. Tomé cursos en plataformas educativas, leí libros de expertos financieros, y comencé a entender cómo funcionan los mercados, cómo gestionar las deudas de manera inteligente y, lo más importante, cómo establecer metas financieras a largo plazo.
¿Qué podemos hacer entonces?
Si me preguntas si la educación financiera en redes sociales tiene valor, mi respuesta es sí, pero con advertencias. El contenido puede ser útil para motivar y ofrecer información básica, pero no debe ser considerado como el único recurso para tomar decisiones importantes sobre tu dinero.
La clave está en equilibrar los consejos rápidos y atractivos de las redes sociales con una educación más profunda y estructurada. Busca variedad en las fuentes, cuestiona los consejos y, sobre todo, sé consciente de tus propios objetivos y necesidades financieras.
Al final, la educación financiera en redes sociales tiene tanto ventajas como desventajas. Es accesible, motivadora y ofrece ideas que pueden ayudar a algunas personas a mejorar su situación económica. Sin embargo, también está llena de simplificaciones, exageraciones y, a veces, hasta de engaños.
Lo que aprendí después de haber seguido y desechado muchas cuentas en redes sociales es que la verdadera libertad financiera llega cuando tomas el control de tu dinero con responsabilidad, educación y paciencia. No hay atajos ni fórmulas mágicas, solo un camino de aprendizaje continuo y decisiones informadas.
Así que, si estás buscando mejorar tu situación financiera, aprovecha lo bueno de las redes sociales, pero no dejes que las promesas de riqueza rápida nublen tu juicio. Recuerda que el dinero no lo es todo, pero saber manejarlo sí es crucial para una vida estable y libre de preocupaciones innecesarias.