Inteligencia Artificial aplicada al trabajo
Hace unos años, cuando escuchaba hablar de “inteligencia artificial en el trabajo”, imaginaba robots reemplazando personas, oficinas vacías o empleados asustados. Tenía una idea un poco distorsionada, alimentada por películas de ciencia ficción y artículos alarmistas. Pero con el tiempo, y sobre todo con la práctica, descubrí algo totalmente distinto.
Hoy quiero contarte cómo he aplicado la inteligencia artificial en mi propio trabajo, qué herramientas uso, cómo han mejorado mi productividad y qué pienso del futuro que se viene. No soy un científico ni un gurú tecnológico. Solo soy alguien que decidió adaptarse a lo nuevo y que encontró en la IA un verdadero aliado profesional.
El punto de quiebre: cuando entendí que la IA no era mi enemiga
Durante mucho tiempo tuve una relación fría con la tecnología. Usaba lo básico: correo, hojas de cálculo, algo de diseño con Canva, y ya. Pero un día, en plena pandemia, me tocó reinventarme profesionalmente. Tenía que hacer más cosas con menos recursos. Fue ahí donde descubrí herramientas como ChatGPT, Notion AI y Zapier, y comencé a experimentar.
Y aquí fue cuando ocurrió el “clic mental”: entendí que la IA no está aquí para reemplazarme, sino para ayudarme a trabajar mejor. El cambio fue radical. Donde antes me tomaba horas hacer algo, ahora lo resuelvo en minutos.
Las áreas donde más me ha ayudado la inteligencia artificial
Voy a dividirlo por áreas para que se entienda mejor cómo he aplicado la IA en mi día a día. Tal vez tú también trabajas en alguna de estas, o tengas un emprendimiento y esto te sirva de guía.
1. Redacción y comunicación escrita
Antes de conocer ChatGPT o Grammarly, me pasaba horas frente a una hoja en blanco intentando redactar un correo convincente o un artículo para el blog. Ahora, uso IA para:
- Redactar correos con distintos tonos según el destinatario (formal, persuasivo, empático, etc).
- Escribir artículos como este, partiendo de ideas que le doy a ChatGPT y luego editando con mi estilo.
- Corregir errores gramaticales y mejorar estilo con Grammarly.
Lo curioso es que, aunque la IA me ayuda, nunca dejo de ser el editor final. Pero el 70% del trabajo lo hace en segundos.
2. Organización personal y planificación
¿Te ha pasado que te sientes abrumado por tantas tareas, correos, reuniones, proyectos…? A mí sí. Y fue gracias a Notion AI que encontré una solución elegante.
- Resumir reuniones (uso transcripciones y ella las resume).
- Planificar prioridades basadas en mis objetivos.
- Generar ideas para nuevos proyectos o campañas.
Incluso he creado una especie de “diario profesional” donde la IA me ayuda a analizar cómo estoy avanzando semana a semana.
3. Automatización de tareas repetitivas
Uno de los dolores más grandes del trabajo es perder tiempo en tareas que no agregan valor: copiar datos, responder siempre lo mismo, pasar información de un sistema a otro…
Con Zapier pude eliminar gran parte de eso. Algunos ejemplos reales que uso:
- Cuando alguien llena un formulario en mi web, se crea un cliente en mi CRM, se le envía un correo y me llega una notificación.
- Cada vez que publico en el blog, se comparte automáticamente en redes.
- Si recibo cierto tipo de correo, se archiva y se asigna una tarea.
Esto me ha ahorrado cientos de horas al año, literal.
4. Creación de contenido visual y multimedia
No soy diseñador, pero gracias a Canva, Looka y Pictory, puedo crear contenido de calidad profesional sin pagar miles.
Con IA:
- Creo videos con subtítulos desde texto (uso Pictory).
- Diseño presentaciones y posts para redes con plantillas inteligentes.
- Hago logos e identidades visuales con Looka, en cuestión de minutos.
Me he sorprendido más de una vez al ver lo que estas herramientas pueden hacer. De hecho, varios clientes me han preguntado si contraté un diseñador… y no, solo fue un buen prompt en la IA.
Los miedos que tuve… y cómo los superé
No te voy a mentir. Al principio me dio miedo. Pensaba:
- “¿Y si esto reemplaza mi trabajo?”
- “¿Será que usar IA es hacer trampa?”
- “¿Realmente puedo confiar en lo que me genera?”
Pero con el tiempo, entendí algo muy importante: la IA es como una calculadora para el conocimiento. No reemplaza tu criterio, solo te ayuda a procesar más rápido.
Además, aprendí que el valor está en el uso que uno le da a la herramienta. No es lo mismo copiar y pegar, que construir con ella. La creatividad, la estrategia, la empatía… eso aún es 100% humano.